lunes, 7 de marzo de 2011

MANIFIESTO POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER


Hoy, 8 de marzo, se cumplen 100 años desde que se celebró por primera vez el Día Internacional de la Mujer.



Hoy recordamos a las 129 trabajadoras que en 1904 murieron carbonizadas en el incendio de la fábrica donde trabajaban y en la que se habían encerrado para pedir mejores condiciones de trabajo.



Hoy, 8 de marzo, una vez más, millones de mujeres de todo el mundo alzan su voz para denunciar injusticias y reclamar sus derechos. Lo hacen porque esta insostenible discriminación persiste e, incluso, en algunos casos, empeora con el tiempo.



Lo que reclamamos es una justa y digna aspiración a la que el conjunto de la sociedad debe sumarse. También los hombres: sin su colaboración no lo lograremos.



Ha pasado un siglo de historia cargado de reivindicaciones, luchas, sacrificios, pero también de ilusión y esperanza porque son muchos los retos conseguidos.



Mujeres anónimas y mujeres célebres, todas ellas protagonistas del compromiso en la lucha contra los privilegios y su apuesta por la igualdad de oportunidades.



Un siglo de historia en el que muchas mujeres –y algunos hombres– que protagonizaron y levantaron su voz contra las injusticias fueron tachadas de visionarias, locas o, en el mejor de los casos, de soñadoras.



Pero la historia, el sentido común y la fuerza de los principios que defendían las han confirmado como grandes e imprescindibles personalidades. Se anticiparon a su tiempo, rompieron con la resignación de épocas pasadas y supieron hacer de su reto personal una causa colectiva. Algunas, desgraciadamente, perdieron la vida en el intento, pero todas dieron la cara por la igualdad.







Este 8 de marzo, cien años después, desde MUJERES EN IGUALDAD salimos a las calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades para decirles a todos, para invitar a todos, para exhortar a todos: ¡¡DA LA CARA POR LA IGUALDAD!!



Merece la pena vivir con intensidad, con proyectos, con ambiciones y compartir retos. Nosotras estamos convencidas que crees que la lucha por la igualdad aún es necesaria en la sociedad española.



Hemos dado grandes pasos. La Declaración Universal de Derechos Humanos defiende la igualdad entre hombres y mujeres. La Constitución Española la garantiza y protege en nuestra nación. Pero, desgraciadamente, no siempre se cumple.



Por ello nuestro reto, nuestro objetivo, es un valor primordial por el que creemos que hay que dar la cara.



Te proponemos que des la cara por la igualdad no por el igualitarismo.



Te invitamos a que des la cara, no solo por la igualdad de derechos, sino también por las obligaciones y deberes.



Te pedimos que des la cara por la igualdad con todas sus consecuencias y no rebajada con la paridad o las cuotas.



Te convocamos a que des la cara por la igualdad sin entenderla como una lucha contra los hombres.



Te llamamos a creer y defender la igualdad de la España real y no solo la de las élites de los partidos políticos y consejos de administración.



Te emplazamos a que apuestes por una igualdad de oportunidades que genere más oportunidades para quienes más las necesitan.



Te planteamos que trabajes con nosotras para conseguir igualdad en el acceso al empleo, un sueldo digno e igual al del hombre, para que ser madre no sea incompatible con una carrera profesional, para que dejemos de tener las condiciones laborales más precarias.









Por estas razones, en este 8 de marzo queremos tener más presentes que nunca a las mujeres que peor lo están pasando. En nuestros pueblos y ciudades hay más de 2.164.651 mujeres que quieren trabajar pero no tienen un empleo.



Mujeres, personas, que luchan cada día para vivir de su trabajo, de su capacidad y de su formación con esfuerzo porque no quieren ni subsidios ni caridad.



Hoy tenemos presentes a esas mujeres, madres y esposas, que nunca han trabajado fuera de casa y que ahora necesitan buscar empleo porque sus compañeros se han quedado en paro. Seguro que más de una vez hemos escuchado decir "a mi marido se le ha terminado la ayuda y he tenido que salir a la calle para buscar lo que sea y sacar mi familia hacia delante".



Hoy tenemos presentes a todas las jóvenes que, gracias al sacrificio y al esfuerzo de su familia, han recibido una formación mejor que la de sus progenitores. Se sienten preparadas para ser independientes y quieren devolver a la sociedad, con su trabajo y dedicación, todo lo que la sociedad ha invertido en ellas, pero se sienten frustradas ante la escasez de ofertas laborales.



Hoy tenemos presentes a las autónomas, tanto a las que han tenido que cerrar su negocio como a las que aguantan como pueden porque se niegan a echar el cierre del comercio, la peluquería o el establecimiento que tanto esfuerzo y sacrificio les ha costado poner en marcha.



Hoy tenemos presentes a las madres que trabajan fuera de casa, a las que atienden a sus hijos, a sus mayores y cargan encima con la culpabilidad por no desarrollarse profesionalmente o por no cumplir con lo que ellas consideran que es su papel de madres cuando hombres y mujeres deberíamos ser corresponsables por igual.



Hoy nos acordamos de las viudas. De esas mujeres que con la muerte de sus maridos han perdido a sus compañeros pero tienen que seguir manteniendo a la familia. Y lo hacen con una pensión baja o muy baja, soportando solas los mismos gastos. A la tristeza se suman las dificultades económicas.











Hoy también tenemos presente a las amas de casa, las trabajadoras incansables que hacen de los hogares españoles el mejor medio para trasmitir valores, la mejor residencia de ancianos, el mejor centro de cuidados para los enfermos, la mejor guardería para los pequeños. Muchas son abuelas y, al cuidar y educar a sus nietos, juegan un papel esencial para que sus hijos e hijas ejerzan su profesión. Es imposible calcular cuánto aportan al Producto Interior Bruto de España con su trabajo, dedicación y cariño.



Os pedimos que deis la cara por ellas. Y por todas las mujeres que, aún con empleo, lo tienen muy difícil para promocionarse dentro de la empresa.



Y no, no nos olvidamos, porque no podemos ni queremos hacerlo, de las 14 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas en estos dos meses de 2011. Permanecerán siempre en la conciencia de la sociedad española porque con su muerte cruel se nos ha ido parte de nuestra dignidad.



La cara, dicen, es el espejo del alma. Y sólo aquél que ha cumplido sus compromisos, que mira con verdad, sin engaños ni artificios, es digno de defender el valor de la igualdad.



Zapatero no puede dar la cara por la igualdad en España. La traicionó. Se vendió como el máximo defensor de la mujer y ha reducido la igualdad a la creación y, más tarde, supresión de un ministerio sin competencias ni funciones.



Ha defendido como la gran política de igualdad las cuotas y la paridad, políticas para las élites de las mujeres españolas, olvidando a las demás: a las trabajadoras por cuenta ajena, a las autónomas, a las empresarias, a las que todos los días, en las distintas ciudades españolas y en los polígonos industriales, se encuentran con la enorme dificultad de conciliar su vida laboral, personal y familiar.



Ha sometido la política de igualdad a la ley contra la violencia machista cuyo resultado es más que cuestionable por falta de recursos, a una ley de igualdad solamente desarrollada en lo que se refiere al apartado de listas electorales y a una ley del aborto que nos quiere hacer creer que es un avance cuando se trata claramente de un fracaso, no de la mujer embarazada, sino de toda la sociedad española al no ofrecer los medios adecuados para evitar embarazos no deseados y, sobre todo, para respaldar a las mujeres en esos momentos de soledad e incertidumbre.



Y ha hecho que más de 2.164.651 mujeres no tengan un empleo en España.



Por ello, hoy más que nunca, porque desde que Zapatero llegó al Gobierno las diferencias entre hombres y mujeres se han acentuado, te pedimos que des la cara, que te sumes a nuestro reto.



Las cosas pueden cambiar. La vida puede mejorar.



En momentos difíciles, como los que estamos viviendo, no tiene cabida la palabra resignación, y sí el afán de superación.



Y porque para no traicionar a aquellas mujeres a las que llamaron locas por no resignarse a vivir en desigualdad y a las que tanto debemos, te pedimos –una vez más– que compartas nuestro reto, que te atrevas a soñar y a luchar y que des la cara por una sociedad más justa y más libre, que des la cara por una sociedad en igualdad.

ENLACES:

http://www.facebook.com/home.php#!/note.php?note_id=135270236543256&id=100001808416877


http://www.mujeresenigualdad.com/Noticias_es_3_1.html

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