La Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza ha registrado un 30% más de instancias que el año pasado. El sector se aferra a la llegada del buen tiempo, mientras sigue negociando la nueva ordenanza con el Ayuntamiento Una de las consecuencias directas más visibles de la nueva Ley Antitabaco es la migración de los clientes de los bares a las puertas de sus establecimientos. Proliferan los grupos de fumadores en las aceras, y en el sector de la hostelería han visto claro la posible salvación a las pérdidas derivadas de la prohibición de encender un cigarro en sus locales. Según datos de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, las solicitudes para instalar una terraza de bar en la capital aragonesa se han disparado un 30% en 2011 respecto al año pasado. De hecho, aseguran que manejan más de cien nuevas instancias, fruto del interés de los empresarios por retener a sus clientes fumadores. Como explica el presidente de este colectivo, Pedro Giménez, «en las terrazas tenemos puestas todas nuestras ilusiones» para detener el descenso de las ventas. Una tendencia que ya cambió los hábitos de uso durante este invierno, donde proliferaron los veladores con calefacción, cuya demanda creció hasta agotar las existencias de los proveedores. Ahora, con la llegada del buen tiempo a la capital aragonesa, se quiere aprovechar al máximo la afluencia de gente en las calles. Las cafeterías buscan hueco en sus aceras, mientras los responsables del sector trabajan junto al Ayuntamiento de la ciudad para elaborar la nueva ordenanza que regulará esta actividad. Los hosteleros ya hicieron llegar un documento elaborado por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), en la que se instaba a los Consistorios a que «flexibilizaran los requisitos para obtener el permiso» necesario para instalar una terraza comercial, según explica el gerente de Cafés y Bares, Jorge Bernués
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