El 19 de diciembre del 2006 las máquinas empezaron a mover tierras en los alrededores de La Estanca de Alcañiz para levantar algo llamado Ciudad del Motor। Cien kilómetros más lejos, en Zaragoza, ese mismo día se iniciaron también los trabajos en el meandro de Ranillas para convertir en realidad la Expo. Los dos proyectos han corrido paralelos, pero a ritmos muy distintos. Motorland se apoya en La Estanca igual que la Expo lo hace en el Ebro. A punto de cumplir un año del final de la muestra internacional, la Ciudad del Motor vive este fin de semana su puesta de largo, con la prueba inaugural del circuito de velocidad. Por delante, un futuro todavía incierto en el que los responsables de la instalación aspiran a dejar los números rojos "en cuatro años".
No hay comentarios:
Publicar un comentario