Por Carmelo Asensio
Responsable del Rolde de Economía y Empleo de CHA
Concejal de CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza
El Real-Decreto aprobado este pasado viernes por el Consejo de Ministros es
el colofón a un conjunto de desafortunadas medidas adoptadas por un
Gobierno agonizante y completamente entregado a las políticas liberales.
Este gobierno socialista ha suspendido la aplicación del encadenamiento de
contratos y ha ampliado a los 30 años, con carácter temporal, y 25 con
carácter permanente la edad de los nuevos contratos de formación. Como si
fuera una condena. Esto sólo aumentará la temporalidad y la precariedad,
elementos que como se ha venido demostrando en todo el periodo de crisis, y
con la reforma laboral llevada a cabo en el 2010, son las grandes lacras de
nuestro mercado laboral. La juventud vivirá estos años sin independencia
económica que le permita hacer frente a un proyecto de vida porque el
Gobierno de Rodriguez Zapatero, en vez de atajar estos graves problemas ha
apostado por desregular el mundo del trabajo y por el empleo de mala calidad
y sin derechos. Pésima herencia para estas generaciones.
El nuevo contrato para la formación y el aprendizaje no va a dar
respuesta a las necesidades de formación y de empleo de la juventud
aragonesa que padece una tasa de paro cercana al 40%, porque sólo habla de
contratación y se olvida por completo de la acción formativa. Hecha la ley,
hecha la trampa. ¿Qué empresa va a fomentar el empleo de calidad pudiendo
aprovecharse de este tipo de contratos baratos? La formación sólo debería
darse hasta los 21 años y no hasta los 30. El sistema educativo de formación
profesional debería de adoptar un sistema dual que combine la formación en
los centros escolares con el trabajo en las empresas. Pero esto brilla por su
ausencia.
Desde Chunta Aragonesista también rechazamos la suspensión
provisional del límite de encadenamiento de contratos temporales ya que
resulta contradictorio que para promover la estabilidad en el empleo se
fomente la contratación temporal. Conviene recordar que el límite al
encadenamiento de contratos es fruto de un acuerdo tripartito alcanzado por
los sindicatos, las organizaciones patronales y el Gobierno, en el año 2006, en
el Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y el Empleo. Un acuerdo que
pretendía potenciar la contratación estable y reducir la contratación temporal,
sobre todo la contratación temporal abusiva.
En definitiva, las nuevas medidas aprobadas por este gobierno en este
final de su mandato van a hipotecar a unas generaciones que, a este paso, van
a tener que pedir perdón por existir. ¡Menuda herencia la que les deja
Zapatero!
el colofón a un conjunto de desafortunadas medidas adoptadas por un
Gobierno agonizante y completamente entregado a las políticas liberales.
Este gobierno socialista ha suspendido la aplicación del encadenamiento de
contratos y ha ampliado a los 30 años, con carácter temporal, y 25 con
carácter permanente la edad de los nuevos contratos de formación. Como si
fuera una condena. Esto sólo aumentará la temporalidad y la precariedad,
elementos que como se ha venido demostrando en todo el periodo de crisis, y
con la reforma laboral llevada a cabo en el 2010, son las grandes lacras de
nuestro mercado laboral. La juventud vivirá estos años sin independencia
económica que le permita hacer frente a un proyecto de vida porque el
Gobierno de Rodriguez Zapatero, en vez de atajar estos graves problemas ha
apostado por desregular el mundo del trabajo y por el empleo de mala calidad
y sin derechos. Pésima herencia para estas generaciones.
El nuevo contrato para la formación y el aprendizaje no va a dar
respuesta a las necesidades de formación y de empleo de la juventud
aragonesa que padece una tasa de paro cercana al 40%, porque sólo habla de
contratación y se olvida por completo de la acción formativa. Hecha la ley,
hecha la trampa. ¿Qué empresa va a fomentar el empleo de calidad pudiendo
aprovecharse de este tipo de contratos baratos? La formación sólo debería
darse hasta los 21 años y no hasta los 30. El sistema educativo de formación
profesional debería de adoptar un sistema dual que combine la formación en
los centros escolares con el trabajo en las empresas. Pero esto brilla por su
ausencia.
Desde Chunta Aragonesista también rechazamos la suspensión
provisional del límite de encadenamiento de contratos temporales ya que
resulta contradictorio que para promover la estabilidad en el empleo se
fomente la contratación temporal. Conviene recordar que el límite al
encadenamiento de contratos es fruto de un acuerdo tripartito alcanzado por
los sindicatos, las organizaciones patronales y el Gobierno, en el año 2006, en
el Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y el Empleo. Un acuerdo que
pretendía potenciar la contratación estable y reducir la contratación temporal,
sobre todo la contratación temporal abusiva.
En definitiva, las nuevas medidas aprobadas por este gobierno en este
final de su mandato van a hipotecar a unas generaciones que, a este paso, van
a tener que pedir perdón por existir. ¡Menuda herencia la que les deja
Zapatero!
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